CONTRICIÓN
Debemos tener cuidado de no confundir los sentimientos de emoción con la contrición, ya que este ultimo es un dolor profundo, es arrepentirse de haber actuado en contra de la voluntad de Dios, además de que despierta el propósito de no volver a actuar mal en adelante; en cambio la emoción es un sentimiento que puede ser de alegría o tristeza producido por un hecho, idea o recuerdo y solo dura un momento.
Te invito a reflexionar sobre el discurso que Pedro dirige a los habitantes de Jerusalén, después que, junto con los demás apóstoles, quedo lleno del Espíritu Santo; Hechos de los Apóstoles 2, 14-41.
La osadía de Pedro es una prueba significativa de la resurrección de Cristo, pues Pedro predica entre hombres que se burlan y se ríen de su entusiasmo, pero los sarcasmos no disminuyen su coraje, pues la llegada del Espíritu Santo ha hecho de los apóstoles hombres nuevos y superiores a todas las pruebas humanas.
<<¡Oíd predicar y discutir con valentía, entre la masa de enemigos, a aquel que poco antes temblaba ante la palabra de una simple sirvienta!>> San Juan Crisóstomo
No podemos hablar de evangelización si no hemos logrado despertar en nuestros catequizandos el arrepentimiento por sus malas obras. Nos daremos cuenta de ello, solo cuando al igual que los habitantes de Jerusalén, al sentir traspasados sus corazones por el discurso de Pedro, nos pregunten: "¿qué tenemos que hacer?"